Mexitlan, Tijuana, Mexico 1990

Wady nació en Buenos Aires, Argentina, más precisamente en la ciudad de Haedo, en el año1968.
En su casa, su madre dirigía obras de teatro , de las cuales él era espectador y aprendiz, con solo dos años de edad su madre lo subió a un escenario en plena obra, dentro de un balde de agua, de ahí en mas, recorrió el interior del país con su madre, su hermana y el grupo de teatro, esas fueron sus primeras giras.
Con quince años cumplidos, decidió tomar acción por sus propios medios, y comenzó a vivir su propia vida, tanto económica como personal. Empieza a trabajar con Sandra Mihanovich, cantante y actriz argentina. Comienzan sus primeras armas como asistente de escenario y cargador de equipos, comúnmente llamados “plomos”. Ella se encariña con él y lo ayuda dándole un espacio para vivir en su oficina y sala de ensayo.
Cuando cumple sus 17 años, el iluminador de Sandra, Ruben Layafa, le consigue un trabajo en el Teatro Lasalle de Buenos Aires, pero como pintor de brocha. Como este trabajo lo hacía de noche, de día lo complementaba trabajando en la boletería. Esto lo ayudó a que el mismo teatro le facilitara un camerino para vivir. O sea, de día vendía entradas. De noche, pintaba.
Un día, un director de teatro que estaba allí ensayando, le pidió a Wady si podía ayudarlo con la iluminación de la obra. Así, tuvo su primer encuentro con una consola. Era una Dimmerson nacional doble escena.
A los 18 años, se embarca en un viaje personal. Va hacia Los Angeles a reunirse con su padre, el cual hacía doce años que no veía. Al llegar se encuentra con tres viejos amigos que también habían emigrado: Tubito, Pachaca y El Menor. Con ellos se va a vivir a un estudio de grabación al este de la ciudad de Los Angeles, donde también trabajaban a cambio de comida, amen de poder dormir y vivir.
Cada seis meses, debía cruzar la frontera por San Diego hacia Tijuana, ya que la visa no le permitía estar en Estados Unidos más de ese tiempo.
En una oportunidad, el agente de inmigración se dio cuenta de estas maniobras. Como correspondía, le colocó en el pasaporte un sello en el cual le impedía regresar a Los Angeles por tres meses. Esto fue un llamado diferente del destino: al tener que quedarse en Tijuana, sale a buscar trabajo, al igual que un lugar para vivir. Así fue que la vida lo lleva a un parque de una hectárea, donde había maquetas edilicias de los lugares más representativos de México. Este lugar, llamado Mexitlán, lo toma como iluminador. Allí hace sus primeras armas con la luz móvil ó robotizadas. Ya estamos en los años 90’. Ese parque había adquirido 4 intellabeam de High End y un controlador análogo.
Noches enteras se entrega a la labor de conocer y controlar esas luces y ese controlador se convierte en una extensión de su propio brazo. Nace un amor hacia la luz móvil que dura hasta el día de hoy.
En el año 1991 regresa a Buenos Aires, y comienza a trabajar en una de las empresas de iluminación más promisorias de Argentina: Baglietto- Del Mastro. Esta empresa lo lleva a trabajar al Canal 9 de Buenos Aires, más precisamente al programa “Hacelo x mi”, conducido por Mario Pergolini, periodista y conductor referente del ambiente del rock & roll argentino. Un día, el productor de ese programa, Caito Lorenzo, le lleva una tarjeta de Daniel Kohn, manager de una de las bandas más famosas de la historia argentina: Soda Stereo. Le dijeron: “Gustavo Ceratti te quiere conocer. Quiere hacerte una prueba en la sala mientras ensayan”. Esto fue el lanzamiento internacional de su carrera como Iluminador.
En el año 1993 llega Ricky Martin a la Argentina. Coincidentemente, estaban buscando un iluminador. Y la orden fue:” busquen al iluminador de Soda.” Así fue como Wady conoce al manager y productor en ese momento de Ricky, Angelo Medina, con quién además de construir una amistad de más de 22 años, le diseña todos los proyectos que salieron y salen de la oficina del promotor puertorriqueño.
Así fue como nació la pasión por el show business. El amor por el diseño de shows, de set, de iluminación, tanto en teatros como en arenas, tanto en conciertos como en obras de teatro…Y de eso se trata: de poner el alma en cada segundo que se invierte en un proyecto, en cada minuto que se programa una luz, en cada hora cuando se levanta el telón…